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La izquierda invertebrada

Ronda el fantasma de siempre el divisionismo, la fragmentación, el caudillaje

Publicado: 2019-10-20

Desde el año 1980, otra vez las izquierdas tienen una mejor coyuntura para ser una opción de gobierno. Cuando todo hace parecer que el bloque esta sólido, el frente amplio es consistente, la unidad de clase los junta por siempre, nunca faltan voces y posiciones de los sectores más ultra y menos ultras que alborota el gallinero. La alianza política de Nuevo Perú integrado por la facción ultra de Perú Libre, Juntos por el Perú y los movimientos regionalistas capitalizado por Mendoza, nuevamente muestra a la criatura prematuro. Esta es una izquierda invertebrada, amorfa, sin cuerpo, diezmado donde el caudillaje y el interés de la facción que sustituye a la unidad de clase.   

Las izquierdas históricamente tuvieron tres oportunidades, estuvieron muy cerca de ser gobierno. La primera en la década 1970 con la Alianza Revolucionaria de Izquierda (ARI), la segunda en los 1980 con la Izquierda Unida (IU) y la tercera con el Frente Amplio (FA). ARI dejó un fuerte cimiento para que los partidos de izquierda tuvieran una presencia destacable en las elecciones de la Constituyente del 1978, el Frente Obrero Campesino Estudiantil Popular (FOCEP), el Partido Socialista Revolucionario (PSR), el Partido Comunista Peruano (PCP), el Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos (FRENATRACA) y la Unidad Democrática Popular (UDP) llevaron sus representantes l congreso y quedaron sus posiciones políticas en la Constitución Política del Estado del 1979.

El segundo momento más importante fue el empuje de la Izquierda Unida por el Frijolito Alfonso Barrantes quedo segundo en las elecciones presidencial de 1980 y luego fue elegido como consuelo Alcalde de Lima. Esa coalición liderada por Henry Pease, Manuel Dammert, Javier Díez Canseco, Alfredo Filomeno, Alberto Moreno, Alfonso Barrantes, Jorge del Prado y Genaro Ledesma consiguieron ganar y conquistar plazas muy importantes para las izquierdas como, Arequipa, Cusco, Puno, Moquegua. Sin embargo, no pudieron resistir la dictadura Fujimorista de los 90 quedando derrotados ideológicamente por su vinculación doctrinaria con Sendero Luminoso y el MRTA, esto provocó una desvinculación y desmovilización de los partidos con sus bases populares y gremiales.

En esta última década, el triunfo en Lima con Susana Villarán con Fuerza Social parecía el retorno de las izquierdas, pero sólo fue un espasmo con espanto por problemas de corrupción en el que está incluida. Luego la presencia de Verónica Mendoza en la coalición de Frente Amplio le dio oportunidad de copar una bancada respetable al congreso. Ahora, que la coyuntura está a su favor otra vez ronda el fantasma de siempre el divisionismo, la fragmentación, el caudillaje.

La izquierda invertebrada, adjetivación sugerida por Perry Anderson reflexiona que la izquierda, se muestra incapaz de representar una alternativa de cambio ante la hegemonía de una economía de libre mercado y la predominancia del modelo neoliberal. No logran superar sus debilidades de siempre, no son capaces de articular un bloque político y social fuerte y alternativo. Porque las posiciones caudillistas son más fuertes que sus egos, sus estilos de conducción política autoritaria salpica las alianzas, la carencia de aprendizaje democrático súcunba la autonomía y autoestima de cualquier coalición. Sin duda, estamos siempre frente a un movimiento sin huesos en la estructura de su cuerpo, a un cuerpo sin cabeza, sino solo con mucha masa y musculatura amorfo.


Escrito por

Juan Carlos Callacondo Velarde

Profesor y Comunicador Social se desempeña como investigador y consultor en desarrollo social


Publicado en

El Pulsador

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