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A tientas

¿Vamos al grave riesgo y crisis de la gobernabilidad?

Publicado: 2018-09-16

La reforma del sistema judicial y político empieza a tener los primeros nubarrones y piedrones en el camino para que se trastabille y fracase esta iniciativa del legislativo. Los congresistas de Fuerza Popular en primera instancia se negaron a dar el primer paso absteniéndose en la aprobación pre dictamen elaborado en base al proyecto enviado por el Ejecutivo, que busca una reforma en el Consejo Nacional de la Magistratura. Esta posición, nos pone a punto de la crisis política y social sumergiéndonos poco a poco a un proceso de in gobernabilidad.

¿Cuál es la salida a la crisis política, judicial que vive país? La opinión pública, plantea algunas salidas como: la vacancia presidencial, la cuestión de confianza, recolección de firmas para referéndum, hasta golpes de estado.

Desde el anuncio presidencial el pasado 28 de julio en el Congreso han pasado más de un mes y recién se abre el debate de manera muy lenta e interesasa. El fujimorismo se está jugando sus últimas cartas para demostrar su poder político consolidado en el legislativo. La confabulación y complicidad con el fiscal de la nación Pedro Chávarry nos muestra su intención de enfrentamiento y buscar argumentos para plantear un segundo proceso de vacancia presidencial. Esta posición de hacer política nos muestra el “toma y daca” que rompe el equilibrio entre los intereses individuales versus los interés públicos y colectivos.

Mientras tanto, el ejecutivo empieza a reforzar la cuestión de confianza como una otra estrategia de arremetida contra los fujimoristas. El argumento central es la obstaculización a las propuestas a la reforma constitucional. Este hecho, activa automáticamente el camino para la discusión de la disolución constitucional. Este instrumento político y legal lleva sin duda a la dimisión constitucional del Presidente y consecuentemente el llamado de elecciones generales.

La Constitución Política del Perú en su artículo 134, dispone que el presidente de la República está facultado a disolver el Congreso, en caso este le haya negado la confianza a dos Consejos de Ministros. Como recordaremos, el actual Parlamento ya le negó la confianza al gabinete Zavala y esta segunda confianza podría poner en jaque a los congresistas a someterse indirectamente al ejecutivo o llevar al extremo de autoliquidarse.

Otra salida, sin mucho gusto y popularidad, es alentada por algunas voces antisistema y ciudadanos sin mayor esperanza, a través de un golpe de estado al puro estilo de las épocas de las dictaduras militares o al talante de Alberto Fujimori. La primera opción no tiene mucha fuerza porque las Fuerzas Armadas en la actualidad ya no tienen el arraigo para generar una monocracia bajo el mando de un caudillo militar. Por otro lado, algunos desean reeditar el golpe de estado a lo Fujimorista y disolver el congreso desde un anuncio de la televisión y un respaldo de la Fuerzas Armadas. Estas posiciones por ahora solo son suspiros de algunos sectores agoreros que no tiene espacio, ni piso.

La otra salida democrática es la respuesta de la sociedad civil con el poder de las firmas, con la movilización desde las calles, el mismo había sido anunciado para el pasado sábado el inicio con la recolección de firmas, sin embargo, la ONPE no habría habilitado los planillones correspondientes. Esperemos que los ciudadanos y la sociedad organizada tengan la acogida correspondiente para buscar una salida más civilizadamente, o recapaciten los congresistas para empujar una salida política y democrática. Sino de lo contrario vamos al grave riesgo y crisis de gobernabilidad.


Escrito por

Juan Carlos Callacondo Velarde

Profesor y Comunicador Social se desempeña como investigador y consultor en desarrollo social


Publicado en

El Pulsador

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