Las entregas de los audios de la corrupción del Poder Judicial cada día tienen en piel de gallina a muchos jueces, fiscales, empresarios y políticos que pasaron por los principales actores de esta nueva audionovela de la corrupción peruana. En los pasillos del Poder Judicial y las fiscalías del país, muchos que fueron nombrados o ratificados en estos últimos seis meses caminan a pie juntillas con la ansiedad de que podrían aparecer en algún momento en algún capítulo de esta novela. Porque, era vox populi en los pasillos del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) que ser juez o fiscal en el país tenía su costo de los “10 verdes” como lo confirma en uno de los audios de uno de los involucrados.

Muchos en su desesperación expresan que las agencias de difusión de esta novela, como son IDL y Panorama, publiquen todos los audios que poseen y de esta forma acabar con el misterio de quienes aparecen en el reparto de los personajes de la novela. Cuando el principal productor y protagonista de estos audios son la Policía Nacional y el mismo Ministerio Púbico, a ellos, habríamos que pedirles que desclasifiquen los 6 meses de escucha de los audios de indignación. Entonces por qué pedirles a los mensajeros. Parece que están jugando al cálculo o estratégicamente sobre qué es lo que se filtró y qué tienen guardado para el desenlace de final.

Este Poder Judicial está desestabilizado, parece el pantano más peligroso del mundo donde el primero que se aparece es devorado por el Aligátor chino o las arañas de agua que viven allí, que son las más peligrosas y solo salen a respirar una sola vez al día a superficie. Tan es así que le está cayendo una artillería de alto calibre al nuevo fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, cuestionado por aparecer en uno de los audios de la corrupción, incluso del mismo nuevo ministro de Justicia. De igual forma, el nuevo ministro de Justicia, Vicente Zeballos, está en el centro mismo de la mira de los francotiradores fujimoristas y apristas, por no haber reconocido a su hija durante 24 años. También pasaron por lo mismo algunos comisionados para la reforma, encargada por el presidente Vizcarra.

Todos estos actos acentúan la incredibilidad y la desconfianza de parte de la población peruana frente a las instituciones, los funcionarios, las autoridades y políticos, que cada día se devalúan en la percepción ciudadana. Si así andamos, podemos acabar en una situación de crisis social, esto solo favorece a los discursos extremistas que ahora dicen: “que se vayan todo” o “golpe de Estado”; esta ágora nacional no creo que sea la mejor salida para esta coyuntura social.

En situaciones de crisis, como la actual, hay que tener mucha tranquilidad y cordura. Hay que seguir aprendiendo a vivir y solucionar nuestros problemas en el marco de la democracia y la Constitución Política del Estado. Estas voces sin duda lo único que buscan es sacar ganancias de este pantano revuelto. La novela debe continuar para conocer como es el entramado, los mecanismos, los estilos de la corrupción en estas instancias más importantes del Estado. Esperemos que esta novela tenga un final feliz para todos, donde siempre ganen los buenos, la ley, la moral y la ética.