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Regionalización y descentralización

Este proceso se ha paralizado con el funcionamiento de los Gobiernos Regionales que aparentemente encarna este proceso

Juan Carlos Callacondo Velarde Comunicador

 Social y Docente Universitario

Publicado: 2018-06-26


El presidente Martín Vizcarra, el premier y sus ministros iniciaron las visitas a las regiones del país a través de la estrategia de Mini Ejecutivos, que consiste en reuniones con gobernadores y alcaldes de los distritos y provincias del país. La semana pasada se desarrollaron dichos encuentros en las regiones del sur: Puno, Tacna y Arequipa. A través de este mecanismo descentralizado el gobierno central recoge las demandas de la ejecución de proyectos y obras para sus gobiernos locales y regionales.

La iniciativa es interesante en la media en que todas las autoridades ediles por lo menos puedan tener esta reunión con el mandatario y sus ministros. Sin embargo, estas acciones nos recuerdan la alta centralización burocrática del Estado y el abandono del proceso de descentralización y regionalización del país. Los alcaldes y los gobernadores están la mayor parte de su tiempo visitando, gestionando recursos para sus obras en las sedes del Ministerio de Economía y Finanzas y con el resto de ministerios donde gestionan y suplican la viabilidad de sus obras. En estas instancias del Estado se han desarrollado mecanismos, círculos y sistemas corruptos que engañan y confabulan con los alcaldes diversas formas de dádivas y corrupción.

La regionalización y descentralización son una agenda pendiente que no se ha completado en el país. Este proceso se ha paralizado con el funcionamiento de los Gobiernos Regionales que aparentemente encarna este proceso. El centralismo gubernamental sólo ha transferido la pesada carga de los presupuestos de salario de trabajadores sectoriales y problemas de las demandas de cada sector, sino que ha abandonado su tarea de culminar este proceso.

El proceso descentralización debe propugnar que el Estado que garanticen la equidad social y el desarrollo sostenido en todas las regiones del país y como tal quedan pendiente varios aspectos. Un aspecto central debe implementar una reforma financiera y fiscal descentralizada. Por ejemplo en el presupuesto anual aprobado para el año 2017, de los S/142.471 millones el gobierno central ejecutó el 75%, mientras las regiones y los municipios apenas una cuarta parte. El año 2018 el 74% del presupuesto nacional está siendo ejecutado por el Gobierno Central, mientras que solo el 15,6% por los gobiernos regionales y el 10,2%, de los gobiernos locales. Esta es la realidad del centralismo y la regionalización del país.

La inequitativa distribución del Presupuesto Público es reflejo de la realidad del país. La visita a través de Mini Ejecutivos del Presidente y los ministros es una alegoría de dicha realidad, el gobierno central tiene tanta plata que debe bajar a las provincias para escuchar a los quejosos alcaldes, cuando deberían de descentralizar los recursos del Estado sobre propuestas de un autentico modelo de descentralización. “La descentralización y regionalización deben obedecer a unidades territoriales vinculadas, a interacciones socioculturales, al principio de solidaridad económica, a la desconcentración del poder político, al empoderamiento de la sociedad civil regional” y esencialmente a la necesidad de proveer recursos para los proyectos y obras de los alcaldes y gobiernos regionales.


Escrito por

Juan Carlos Callacondo Velarde

Profesor y Comunicador Social se desempeña como investigador y consultor en desarrollo social


Publicado en

El Pulsador

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