El uno de mayo se celebra el Día Internacional del Trabajo y valga la fecha para hacer una reflexión sobre que significa tener un trabajo en el país en crecimiento y grandes problemas de informalidad. La Constitución Política del Estado en su artículo N° 22 expresa que “el trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social”. Sin duda, la contraprestación del trabajo permite una remuneración o pago que hace que las familias generen un presupuesto para la educación, salud y otras actividades personales o familiares. De igual forma la misma constitución expresa que “el trabajador tiene derecho a una remuneración equitativa y suficiente, que procure, para él y su familia, el bienestar material y espiritual”. Sin embargo, en este país muchos ciudadanos y familias no poseen ese derecho que les permita un bienestar individual y colectivo.

Según las últimas cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) la tasa de desempleo en el último trimestre reportado mostró un crecimiento de 7.3%. Tenemos cada día más personas desempleadas que no pueden brindar un sustento económico que permita el bienestar material y espiritual de sus familias. También las estadísticas del mismo INEI expresan el empleo informal creció a 73.3% en el Perú, durante el ejercicio económico del 2017. Esto muestran que la otra parte de la población vive de un sub empleo, que sus remuneraciones no alcanzan el mínimo vital, sus ingresos económicos tienen como fuente de ingreso la cultura del canchuelo.

Las poblaciones más afectados siguen siendo los grupos vulnerables como son las mujeres y los jóvenes, estos últimos en el país (jóvenes 18 y 29 años) expresan que hay 420 mil jóvenes en condición de desempleados lo que representa el 8.4% de la población económicamente. El solo hecho de no permitirles un trabajo de manera oportuna genera en ellos una desesperanza y resentimientos con país y un estado que no piensa en “promover condiciones para el progreso social y económico, en especial mediante políticas de fomento del empleo productivo y de educación para el trabajo”

Celebrar o generar un feriado nacional para celebrar y festejar el Día del Trabajo se hace inequitativo y nada agradable para una buena parte de la población que no tiene un trabajo digno y decente.

La Organización Internacional del Trabajo OIT expresa que los estados deben garantizar un trabajo decente y esta condición de “decente requiere que de salarios que sean suficientes para cubrir necesidades básicas, como la alimentación, la vivienda, educación, pero también para poder participar en la sociedad, afirmación que se refiere que se necesita disponer de los ingresos necesarios para poder comer ocasionalmente fuera de casa o ahorrar para cuando los tiempos sean peores”, esa condición en el país es un privilegio de un sector reducido.

Sin embargo existe la necesidad de seguir exigiendo e incentivando a que los gobiernos aseguren todas las condiciones y políticas que permitan la generación de empleos dignos y seguros.