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Renunció

Estamos concluyendo una era donde se han cosificado y anulado el potencial utópico y transformativo de la subjetividad arequipeña

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Publicado: 2018-04-22


Con la renuncia a la alcaldía de Arequipa, el médico Alfredo Zegarra Tejada concluyó su segundo etapa de su carrera política ascendente, la primera se inició el año 2003 como alcalde del distrito José Luis Bustamante y Rivero, luego salto al gobierno provincial de Arequipa el año 2011 al 2018. Durante su paso por la comuna provincial se le recordará como promotor de la construcción de los bypass, del palacio del domo verde, la remodelación de coliseo Arequipa, el asfaltado de muchas calles y avenidas. Sus obras de mayor impacto están centradas en el mejoramiento de la transitabilidad vial y también como impulsor de espacios públicos para la recreación de diferentes grupos etarios.

Alfredo Zegarra y su movimiento político estuvo casi una década al frente una ciudad, sin embargo su aporte al crecimiento y desarrollo como ciudad fue muy escaso y carente de ideas. Las ciudades como Arequipa están llamadas a contribuir, desarrollar y redefinir conceptos como desarrollo, sostenibilidad, urbanismo, cultura ciudadana, competitividad, interculturalidad entre otros, que son modelos de desarrollo que modelan una ciudad a sus instituciones y sus pobladores.

La ciudad de Arequipa en esta última década creció producto de los efectos colaterales de la explotación y producción minera, como consecuencia y concurrencias de estos factores económicos, la ciudad creció muy tugurizada y desordenada donde se observa visiblemente la construcción de mall, servicios comerciales, universidades, viviendas construidas de modo vertical, negocios de recreación y gastronómica, entre otras. Toda esta demanda solo está orientada atender una convivencia consumista y no necesariamente a una mejor calidad de vida ciudadana.

Una ciudad gestionada por casi una década por un partido político debió desarrollar algunos enfoques desarrollo urbano, las ciudades como el nuestro, producto de la implementación de modelo de desarrollo racional tienen la capacidad de planificar su crecimiento minimizando las huellas ecológicas que generen menos impacto en el medio ambiental, implementan y desarrollan alternativas masivas de movilización público y privada, impulsan el desarrollo económica competitiva, diversificada que apoye un proceso productivo sostenible, debería asegurar vivir en una ciudad segura con tasas muy baja de criminalidad y delincuencias, educar a su población para que sea más ciudadanos. Sin embargo estamos muy lejos de hacer estas evaluaciones al final de una era municipal.

El problema de Arequipa Renace (AR) y su líder Alfredo Zegarra no funcionó como partido político que permita desarrollar una ciudad y una sociedad. AR se erigió como una opción político muy sui géneris, su capacidad organizacional y movilizadora esta en base a líderes políticos que quedan segundo o tercero en las campañas políticas. Poseen muy poco cuadro políticos formados bajo el ideario de partido político, no tienen técnicos y profesionales que les permita desarrollar opciones programáticas para gobernar una ciudad, no tienen una propuesta programática de desarrollo, esta forma de estructuración pragmática y electorera hace que se muestre un mosaico de propuestas y luego se traduzca en gobiernos locales muy desarticulada

Estamos concluyendo una era donde se han cosificado y anulado el potencial utópico y transformativo de la subjetividad arequipeña. Esperamos que los arbolitos se reseteen y reprogramen más programáticamente e ideológicamente para este proceso electoral.


Escrito por

Juan Carlos Callacondo Velarde

Profesor y Comunicador Social se desempeña como investigador y consultor en desarrollo social


Publicado en

El Pulsador

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