El pasado lunes juramentó el nuevo gabinete de la era Villanueva del flamante presidente Martin Vizcarra. Fue tal la expectativa que circularon muchas listas con probables nombres ministeriables, donde aparecían candidatos trajinados y figuras visibles. Al final, solo fueron rumores, la nominación ministerial incluyó nombres poco conocidos en el ambiente público y político.

Vizcarra y Villanueva “VyV” fueron los encargados directos de ensamblar su selección ministerial de confianza y tomaron la decisión de elegir de los niveles intermedios de los ministerios y/o otros cargos privados. Su elección no estuvo centrado en la ligas mayores como lo hizo PPK y otros gabinetes de antaño, sino recurrieron a las ligas menores, seguro pensando en futuros prospectos y proyectos de tecnócratas para el estado.

Seguro que cada uno tiene un recorrido merecido para poseer el fajín ministerial, sus antecesores eran tecnócratas reconocidos, provenientes de la empresa privada. Este gabinete tiene sólo a Villanueva y Heresi con olfato y con capacidad de negociación y mañosería política.

Para empezar, César Villanueva lo preside con dos debilidades mostradas en público: primero, el haber coordinado la presentación de la vacancia de PPK en el congreso; y segundo, haber declarado para los medios de comunicación que no sería el premier del nuevo presidente. Un hombre sin palabra es un hombre sin honor. El honor es una cualidad moral que lleva a las personas a cumplir con lo dice y con los deberes comprometidos, es un ejercicio de respecto al prójimo y a uno mismo. Se trata de un componente subjetivo, ideológico y digno que justifica nuestras conductas y explica nuestras interacciones sociales.

Al final de cuentas, este gabinete tiene la misión especial de reconquistar la confianza ciudadana y democrática de la población peruana, deben emular lo que hizo el “Tigre Gareca” con su selección, meterse en el corazón de la afición peruana que había perdido toda confianza con el futbol.

PKK deja muchas piedras y bombas de tiempo sembradas. En justicia se tendrá que acelerar y garantizar el debido proceso de los casos de corrupción que incluye al mismo ex presidente y todos los acusados en el sonado caso lava jato. Otro asunto urgente es la reactivación económica del país que está estancada y con recesión, en estos últimos años no superamos el crecimiento económico de 2.9%.

Otro aspecto sustancial es profundizar la descentralización, hemos retornado al centralismo de los 70,80. El 77% del presupuesto de regiones depende del Gobierno Central, el 80% de los presupuestos que ejecutan los gobiernos locales son gestionados en la sede de los ministerios en Lima con la ayuda de los congresistas y otros favores políticos. Los alcaldes pasan 3 días de la semana en la capital y 2 en sus gobiernos locales. Se requiere urgente una descentralización política y también fiscal.

La agenda de los ministerio en todos los casos está en urgencia; en el sector salud se necesita atender la demanda de los servicios público de salud que están colapsado en todo el país. En educación deberá enfrentar las huelgas anunciadas por los SUTEPs y la evaluación CENSAL que quedó frustrado el año anterior. En el sector de interior hay que parar la inseguridad ciudad que están generando bandas criminales y de delincuentes usando armas y artefactos de guerra.

En suma, hay mucho que hacer ministros, nosotros esperaremos con fe y paciencia.