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Vivir en la torrentera

¿Cuánto dinero y tiempo se ha invertidos en acciones de prevención y limpieza de las torrenteras?

Juan Carlos Callacondo Velarde

Comunicador Social y Docente Universitario

Publicado: 2018-01-29

La ciudad de Arequipa, por su disposición geográfica, posee muchos factores de vulnerabilidad; según Instituto Geofísico de la Unsa, advierten tres grandes riesgos: la erupción volcánica, los sismos e inundaciones. A los que también debemos incorporar la presencia de las torrenteras, que generan una alta peligrosidad. Si deseamos tener una cultura de prevención y gestión de riesgo, nuestras preocupaciones deben estar centradas en estas inseguridades.

La ciudad está rodeada de cuatro volcanes como son: El Misti, Chachani, Pichu Puchu y Ampato, que de por sí solo generan riesgo de erupciones, aunque los estudios sísmicos dicen que están fuera de actividad. El rio Chili, que divide la ciudad en dos bandos, también constituye otro riesgo, en tiempos de lluvia posee una descarga 235 metros cúbicos por segundo, si se desbordara, afectaría a ocho distritos. Alto Selva Alegre, Yanahuara, Hunter, Sachaca, Cayma, Cercado, Tiabaya y Uchumayo.

Sin embargo, lo que genera constantes peligros y riesgos es la presencia de las torrenteras en tiempos de lluvias,-como las que ya vivimos- que alertan muchas emergencias poniendo en riegos la pérdida de vidas humanas. De acuerdo a un estudio realizado Jaime Fuse y Alfredo Benítez la ciudad está atravesada por seis grandes sistemas de torrenteras. Cinco se encuentran al margén izquierdo del rio Chili y compromete los distritos de Alto Selva Alegre, Miraflores, Paucarpata, mientras uno en el margen derecho que articula los distritos de Cayma y Cerro Colorado.

Dicho estudio nos expresa que las torrenteras de mayor peligrosidad son los del sistema de Zamácola por sus desbordes permanentes, la causa son los múltiples puentes de insuficiente luz y la invasión informal de irresponsable pobladores. En su larga trayectoria, que nacen en las faldas del Chachani el estudio ubica 19 puntos vulnerables (muchos aún no intervenidas). De igual forma, la Fiscalía de prevención del Delito ha identificado 100 familias que pueden ser afectados por haber invadido y construidos sus vivienda en el borde o lecho de torrenteras. En zonas altas de Cayma y Zamácola muchos cauces de las torrenteras tienden a desaparecer debido a la desordenada invasión de pobladores y poco ordenamiento de sus autoridades.

La segunda torrentera de mayor peligrosidad lo constituyen las torrenteras de Paucarpata, debido a la presencia de una buena cantidad de badenes y de puentes de escasa luz, en todos sus ramales se ubican 17 puntos críticos que en muchos de los casos tampoco poseen intervención alguna. En tercer lugar y con mayor preocupación y destructibilidad se constituye las torrenteras de Mariano Melgar, donde hay 12 puntos críticos, de los cuales en cuatro fueron invadidos en un total de 800 metros de torrenteras, donde la Fiscalía ha verificado la invasión y la ocupación de 200 familias con el agravante de que fue hecho con la anuencia y complicidad de la autoridad municipal, quien ya tiene apertura una investigación penal.

Estas torrenteras no solo fueron invadidas, sino también abandonado por los gobiernos locales y el gobierno regional, habría que hacer una sola pregunta: ¿cuánto dinero y tiempo se han invertidos en acciones de prevención y limpieza de las torrenteras? Seguro que muy poco. Entonces, habría que alentar la iniciativa de ley del congresista Sergio Dávila, quién presentó un proyecto de ley ante el pleno, para sancionar penalmente y con motivo de vacancia a aquellas autoridades que autoricen construcciones en torrenteras.


Escrito por

Juan Carlos Callacondo Velarde

Profesor y Comunicador Social se desempeña como investigador y consultor en desarrollo social


Publicado en

El Pulsador

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